EMILY IN PARIS.

La nueva serie de Netflix engancha al instante. Una nueva oportunidad laboral en la ciudad del amor, acompañado de outfits maravillosos, arte, cultura y como no, París.

Estamos teniendo un año de lo más extraño en todos los sentidos, hemos consumido muchas más series y películas y a mi parecer, algunas han dejado bastante que desear, pero este pequeño regalo de Netflix sin duda, está siendo una increíble elección.

“Si eres fan de Gossil Girl o Sex In The City, esta serie te encantará.”

Desde que Gossip Girl terminara en 2012, ninguna otra serie había cogido el testigo de esta producción que creó grandes iconos de la moda dando una personalidad muy detallada a sus protagonistas. Todas podemos diferenciar a simple vista el estilo de Serena, Blair O Little J y eso es algo que se consigue gracias a un increíble trabajo de vestuario, que convierte simples prendas en la identidad de un personaje.

Todas hemos copiado alguno de los estilismos que S, B o J llevaron en la serie, sin tanto exito como ellas, pero sin duda, cada vez que me pongo una diadema, unos short con medias de rejilla o una minifalda algo de ellas se despierta en mí.

Emily in Paris ha tomado ese mismo camino. Esta historia de los productores de Sex In The City, nos muestra la historia de una chica llamada Emily (Lily Collins) que reside en Chicago y trabaja en una empresa de marketing, como responsable de publicidad en redes sociales. Los sucesos ocurren muy rápido en el primer episodio y por un embarazo no previsto de una compañera, se ve obligada a aceptar su ascenso y trasladarse a París. Al llegar allí no tarda en darse cuenta de la mentalidad tan diferente que tienen los americanos y los franceses (más aún cuando no hablas francés) comenzando así una trama que te engancha y te hace ver un episodio tras otro.

El estilo de Emily se inspira en los mismos personajes que muchas de nosotrxs, con referentes como Carry Bradsow de Sex In The City, Audrey Hepburd en Desayuno con diamantes o Blair Waldorf, de Gossip girl. Estos guiños me producen cierto sentimiento de nostalgia y alegría, me hacen recordar muchas sensaciones y cada vez que veo un capítulo la sensación que permanece es la satisfacción.

Los episodios duran unos 25 minutos aproximadamente, lo que te permite poder verlos en un break del trabajo, antes de acostarte o en tiempos muertos, esos que se multiplican con el confinamiento y las restricciones y tendrás la sensación de haber invertido bien tu tiempo.

Otra de las cosas que nos regala la serie son algunos de los rincones más bellos de París, disfrutar de su famosa gastronomía (y devorar la nevera después), del arte y la cultura que envuelve la ciudad. Sin duda iré comentando algunos de los lugares que en ella aparecen, son must que visitar en muchos casos y una visión alternativa al París turístico que todos conocemos.

Si decidís ver la serie me encantaría saber vuestra opinión, creo que puede empezar a formarse un movimiento fashionista muy importante como ya ocurrió en el pasado, tiene todos los ingredientes para triunfar ¡¡Empecemos a copiar outfits!!.

Emily in Paris Post